Malos Hábitos de Lectura

La lectura es importante y para muchos puede llegar a ser una actividad apasionante. Son muchas las personas que terminan devorando libros, ya sea por asignaciones académicas o por cuestión de gusto.

Sea cual sea la razón, es importante hacerlo bien para adquirir todo el conocimiento que el autor nos está queriendo transmitir. Seguramente estás pensando, pero si ya yo sé leer ¿Qué más debo hacer? Aunque no lo parezca, el simple hecho de leer no es suficiente para comprender eficientemente un texto. Para lograrlo debemos adecuar las condiciones para que nuestra comprensión lectora sea buena y que nos tome un tiempo prudente.

Para conseguir hacer una buena lectura es necesario deshacernos de ciertos errores que entorpecen esta actividad. Estos son los llamados Malos hábitos de lectura. Estos no son más que diversas acciones o situaciones que nos distraen o interrumpen al leer.

Evitar tales hábitos contribuyen a una mayor y mejor comprensión de lo leído. Adicionalmente, al deshacernos de ellos invertiremos menos tiempo en comprender ciertos textos, aún más si son académicos.

Si quieres conocer cuáles son estos malos hábitos de lectura y como evitarlos sigue leyendo este post.

¿Cuáles son los malos hábitos de lectura?

Cuando leemos hay ciertas acciones que entorpecen o enlentecen el proceso de aprendizaje porque generan cansancio o desvían nuestra atención. Estos son malos hábitos que adquirimos mientras crecemos y que definitivamente deberíamos evitar. A continuación los presentaremos, así que te recomendamos evitarlos para tener una mejor retención de lo que lees.

Vocalización con los labios o de garganta

La vocalización con los labios implica que el lector mueva sus labios mientras lee como si estuviera leyendo en voz alta. Por su parte la vocalización de garganta implica el movimiento de las cuerdas vocales mientras se lee.

En ambos casos no existe la emisión de sonido, pero aun así, limita o retrasa el proceso de lectura. Esto porque cuando leemos vocalizando nos distraemos en pronunciar o modular correctamente las palabras generando lentitud y distracción.

Ambos tipos de vocalizaciones tienen el mismo efecto de disminución de la velocidad aunque a veces pasa desapercibida.

Mala postura al momento de leer

Puede que este punto no te parezca importante, pero en realidad la postura es fundamental para tener una buena concentración. Cuando tenemos una mala postura nos distraemos fácilmente y el estrés nos invade.

Al tener una mala postura la sangre no circula de manera correcta hasta nuestro cerebro, por lo que no se oxigena. Esta deficiencia generada por la mala postura hace que nuestra comprensión lectora se vea limitada. Por eso te recomendamos mantener una postura correcta al leer, sobre todo si permanecerás en esta actividad por más de 30 minutos.

Leer para oírse

Hay que aclarar que esto no significa leer en voz alta. Esta puede reconocerse porque el lector oye en voz alta en su cabeza lo que lee. Es como si alguien dentro del lector estuviera leyendo para que lo escuchen. Cuando se lleva a cabo una lectura no debe escucharse nada a menos que se trate de un poema.

Mala iluminación y mala ventilación

Estas también son situaciones que entorpecen el proceso de lectura aunque no lo creas. Comencemos hablando de la mala iluminación.

Estarás de acuerdo en que la iluminación es importante para poder tener una mayor comprensión lectora. En este caso la razón es obvia, ¿Cómo puedes comprender eficazmente un texto si no lo ves bien? La buena iluminación te permite tener una mayor agudeza visual y por consiguiente mejores resultados al leer.

Lo más recomendable es contar con luz natural, pero en caso de utilizar luz artificial toma en cuenta ciertas consideraciones:

– Evita estar de frente a la luz y que la luz incida directamente en tus ojos.

– Dirige la luz para que incida sobre el texto de manera que quede iluminado, de preferencia desde el lado izquierdo.

El punto en el que puedes dudar un poco es la ventilación, pero piénsalo un poco, no es descabellado. ¿Te concentrarías mejor en un lugar fresco y bien acondicionado, en un lugar caluroso o por el contrario, muy frío? Definitivamente las dos últimas opciones no suenan para nada confortables y son precisamente distracciones al momento de leer.

Así que te recomendamos ubicar un espacio bien iluminado y con clima agradable del cual puedas disponer para hacer tus lecturas.

Regresión

La lectura regresiva consiste en volver a leer lo que ya has leído antes de terminar el párrafo. Esta es una costumbre que adquieren las personas, a veces de manera inconsciente. Muchos creen que esto les ayuda a comprender mejor lo que leen pero en realidad esto no hace más eficiente la lectura.

Lejos de ayudar, lo que logra es entorpecer el proceso de lectura. Esto porque el pensamiento se divide en dos (lo que ya has leído y lo que justo terminaste de leer). Talvez no lo hayas notado pero esta técnica hace que pierdas la idea general del párrafo. Por eso te recomendamos leer con una velocidad adecuada, comprendiendo cada frase para no tener necesidad de regresar en el texto.

Ángulo erróneo y distancia no conveniente para leer

Así como la postura, la inclinación y la distancia entre el texto y nuestros ojos es importante para leer bien. Cada quien adopta la inclinación y la distancia que cree conveniente, sobre todo dependiendo de la capacidad visual de cada quien.

Si embargo hay detalles que deberías considera para evitar la fatiga y conseguir realizar una lectura eficiente. Ubica el libro o el texto a una distancia en la que tus ojos puedan percibir de manera óptima las letras.

Otra cosa que debes considerar es el ángulo. Procura que la vista incida en ángulo recto sobre el texto, de esta manera no forzarás tu vista.

Leer en movimiento

Es probable que seas de esas personas que tienen poco tiempo para leer. Como alternativa seguramente has optado por leer tu libro favorito en el autobús o en el metro. Incluso puede que consideres que esta es un practica provechosa, sin embargo la realidad es otra.

Cuando vas en el autobús o en el metro hay ligeros movimientos o vibraciones que mueven el texto frente a tus ojos. Tu no lo percibes, pero tus ojos hacen un enorme esfuerzo para que tu continúes con tu lectura tranquilamente.

Mientras lees, el cristalino acomoda las imágenes de la retina junto con otras estructuras y músculos del ojo. Es como cuando tratas de enfocar con tu cámara para tomar una buena foto. Está obligando a tus ojos a realizar un esfuerzo extra.

En el caso de las personas con problemas visuales, esta práctica puede empeorar su situación. Lo mejor en cualquier caso, es disponer del tiempo para leer en un lugar cómodo y sin movimiento.

Falta de vocabulario

Definitivamente este es uno de los errores que más perjudican a la hora de leer. Mientras mayor sea el número de palabras que desconoces menor será tu comprensión lectora.

Un buen lector debe hacer del diccionario un amigo inseparable. A medida que vayas leyendo encontrarás palabras desconocidas que deberías consultar en el diccionario. Sí, es contradictorio porque hacer dicha consulta te quitará tiempo al leer pero a largo plazo esto cambiará.

En un futuro, gracias al uso del diccionario, tu vocabulario incrementará, tus lecturas serán más rápidas y tu comprensión será mucho mejor.

Cuando comiences a prestar atención a estos errores para evitarlos, verás avances en las lecturas que hagas. Puedes comenzar poco a poco, mejorando un hábito a la vez. Lo importante es ser consciente, mejorar y obtener buenos resultados.

Al evitar cada uno de los malos hábitos antes nombrados te convertirá en un lector activo. De esta manera disfrutarás mejor de cada libro y si eres estudiante tendrás mayor éxito en tu carrera.

¿Cómo evitar los malos hábitos al leer?

Parece extraño, pero existe personas que necesitan música para leer o estudiar Si eres uno de ellos procura escuchar piezas instrumentales o canciones en un idioma que no domines. Esto evitará que te desconcentres con la letra o termines cantando en lugar de leer.

Aunque sea lo más cómodo del mundo, evita leer recostado en tu cama. Es probable que la misma comodidad te haga ceder y terminar durmiendo sin terminar tu lectura. Ciertamente necesitas un lugar cómodo, pero no una tentación para caer en los brazos de Morfeo.

Haz lecturas continuas a diario. Comienza por leer unos 15 minutos al día y cada tres días aumenta 5 minutos más. Así podrás adaptarte poco a poco a la lectura sin bajar el ritmo y de manera eficiente.

El siguiente punto es evidente, pero no para todos los lectores. Si quieres hacer una buena lectura debes alejarte de las distracciones. Evita enviar mensajes, responder correos o comer o entablar conversaciones mientras lees.

Recuerda cuidar tu visión. Ubica un lugar con buena luz, de preferencia natural, que sea tranquilo para leer. Trata también de conseguir un sillón cómodo con el que puedas evitarte dolores de espalda.

Comienza realizando lecturas continuas, con pausas cortas para optimizar el tiempo. Busca una velocidad adecuada para que puedas leer rápido pero entendiendo al máximo.

Recomendaciones para tener una buena lectura

  • Evita la mayor cantidad de malos hábitos de lectura para tener una mejor comprensión lectora.
  • En la medida de lo posible, trata de incrementar tu vocabulario para conseguir una lectura más fluida.
  • Trata de concentrarte en las palabras claves.
  • Ten un buen diccionario a la mano mientras lees.
  • Procura no leer demasiado rápido para poder comprender mejor el texto.
  • Busca una velocidad adecuada para hacer más comprensible tus lecturas.
  • Evita vocalizar, recuerda que no necesitas mover los labios para leer.
  • Evita las distracciones en la medida de lo posible.
  • Busca un sitio adecuado para leer de manera tranquila.
  • Sigue la lectura con los ojos, evita mover la cabeza para seguir el texto. Trata de abarcar cada vez más palabras en cada una de tus lecturas.
  • Evita leer de forma pasiva.
  • Las palabras que no entiendas subráyalas para luego investigarlas, no las analices en exceso mientras dure la lectura.

 

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